Bandas prodigiosas: The Sorrow




Como todos los aficionados a este género sabemos, conseguir triunfar para una banda de metal es algo al alcance de unos pocos. La escasa cultura musical reinante en los tiempos actuales y las trabas con las que se encuentran al sacar adelante un proyecto provocan que el sueño de vivir de la música sea para ellos un objetivo casi inalcanzable. Esta situación les termina llevando a un punto en el que deben decidir seguir adelante incluso llegando a perder dinero o tomar la dura determinación de cesar su actividad al no poder acometer los gastos o el esfuerzo que todo esto conlleva. Este último es el caso de The Sorrow, quienes demostraron su sobrado talento a lo largo de su trayectoria pero a los que la imposibilidad de compatibilizar su vida laboral y personal con el grupo les obligó a poner punto y final a su historia. 

En el año 2005 cuatro jóvenes de Bregenz, capital del estado austriaco de Vorarlberg, se unían para comenzar un nuevo proyecto. El vocalista y guitarrista Mathias Schlegl y el guitarrista Andreas Mäser provenían de la banda Disconnected, mientras el batería Dominik Immler y el bajista Tobias Schädler habían formado parte de Distance. Su progresión fue meteórica, logrando ya en 2006 su primer contrato discográfico con la compañía alemana Drakkar Records y sacando a la venta su primer trabajo el 27 de abril de 2007. Blessings From a Blackened Sky fue un sólido debut. Con influencias de bandas como Killswitch Engage, Unearth, Trivium o Bullet For My Valentine, The Sorrow conseguía encontrar su estilo personal ofreciendo un interesante álbum con soberbios temas como "Knights of Doom" o "Saviour, Welcome Home". 




El buen recibimiento de su primer esfuerzo les permitiría realizar una extensa gira, subiéndoles incluso a los escenarios del Wacken Open Air. Con la experiencia de tocar con importantes grupos del género lograron madurar su sonido y con su segundo disco Origin of the Storm encontrarían su zona de confort. Publicado en 2009, apenas dos años después de su primera obra, The Sorrow optó por seguir construyendo sobre la base establecida con Blessings From a Blackened Sky aunque dando más relevancia al aspecto melódico. Origin of the Storm sería menos pesado que su predecesor pese a no perder esa fuerza con la que habían irrumpido anteriormente y una clara muestra de ello era el single "Where is the Sun".

The Sorrow seguían creciendo y emprenderían una gira por Europa con Sepultura que les ayudaría a establecerse como una opción interesante dentro del metalcore continental. Sin tiempo para descansar publicarían a finales de 2010 su disco homónimo en el que podríamos notar un destacado desarrollo con respecto a lo que nos habían mostrado con sus dos primeros discos. Mathias Schlegl mejoraba a pasos agigantados en sus melódicos al mismo tiempo que el resto de sus compañeros se sentían cada vez más cómodos y con más confianza con sus composiciones. En este tercer álbum disfrutaríamos de grandes piezas como "Afflictions", "Farewells" o la aclamada "Crossing Jordan", una de las mejores creaciones de la discografía de esta banda.

Después de tres lanzamientos con Drakkar Records, la prestigiosa firma austriaca Napalm Records anunciaría la contratación de The Sorrow, quienes vendrían con Misery Escape bajo el brazo. Nada nos hacía presagiar que con este trabajo los de Bregenz estarían ejecutando su último baile. Misery Escape fue un disco orientado a perfeccionar el arte de crear un buen estribillo, un disco que nos dejaría canciones inolvidables como "Retracing Memories", "Burial Bridge" o "Perspectives". Mención aparte merece la espléndida "Follow the Lights", una pieza con la que cerraba el álbum y con la que The Sorrow exhaló su último aliento. "Follow the Lights" pretendía ser un himno para todo aquel que se encontrara perdido, intentando ofrecer confianza y tratando de eliminar toda la oscuridad y agonía presente en la vida. Mathias Schlegl nos invitaba a seguir esa luz que nos llevaría a casa sanos y salvos en los días en los que el miedo se apoderara de nosotros. Desgraciadamente, con esta obra la luz de The Sorrow se apagó.




Después de sacar a la venta Misery Escape, la formación centroeuropea anunciaría un parón indefinido en 2013 después de 7 años de trabajo sin descanso. En 2016 regresarían para realizar algunos conciertos hasta que el 14 de marzo de 2017 notificaban el final de The Sorrow:

"¡Hola amigos!

Hoy vamos a comunicar un asunto que nos lleva preocupando bastante tiempo. Llevamos unos 12 años por aquí y en ese tiempo han sucedido muchas cosas y otras muchas han cambiado. Cada uno de nosotros ha llegado a un punto en el que ya no es tan fácil invertir todas nuestras energías en la banda. Por lo tanto, para ser breves y concisos:

Hemos decidido dejarlo y no seguir con la banda.

Hemos tenido la mejor época de nuestras vidas, conocimos a innumerables personas maravillosas, tocamos en lugares a los que ni siquiera habíamos soñado viajar en un principio. Hicimos amigos e incluso conexiones más profundas para toda la vida de la misma forma que también superamos algunos puntos muy bajos en nuestra carrera. Ahora es el momento de embarcarnos en nuevas aventuras...

Gracias a todos los que creyeron en nosotros y nos apoyaron de una manera u otra, compraron nuestros discos, asistieron a nuestros conciertos y fiestas, vistieron nuestras camisetas, tocaron nuestras canciones o incluso se hicieron tatuajes de The Sorrow... ¡Vosotros nos hicisteis la banda que llegamos a ser!

Gracias desde lo más profundo de nuestros corazones. Con cariño: The Sorrow, Andi, Mätze, Dominik y Tobi."

Después de seis años, muchos somos los que seguimos echando de menos a estos austriacos que nos ofrecieron cuatro discos que todavía hoy continuamos disfrutando. De sus cuatro miembros, el único que continúa en activo es Tobias Schädler en Machine Gun Horror. The Sorrow es el claro ejemplo de como funciona el negocio musical en la actualidad. Sin salir de España, estamos cansados de ver como artistas talentosos se están viendo obligados a dejar atrás su pasión por falta de medios adecuados para poder destinar el tiempo necesario a sus proyectos. Otros continúan sobreviviendo a duras penas, realizando un esfuerzo titánico para mantener a flote a sus bandas, mientras que los que podrían considerar esto como su profesión quizás sea capaz de contarlos con los dedos de mis manos. Por este motivo quería aprovechar este artículo para ensalzar a esas pequeñas bandas que después de años de batalla continúan dando todo y más para que su luz siga brillando, viajando por toda la geografía española y brindando siempre una sonrisa a todos los que nos acercamos a agradecerles y felicitarles su trabajo. 


Alberto G. Balo

Soy Alberto, 34 años. Vivo en una pequeña ciudad gallega. Técnico superior de comercio y marketing dedicado a otros menesteres. Combino en este blog dos de mis pasiones, escribir y el metal.

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